martes, 19 de diciembre de 2006

Ruego con retraso


Ha llegado tarde el pedido de tregua navideña urgido ayer por el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, porque a cinco días para Nochebuena, la actividad política se intensifica en vez de disminuir.

Difícil será que el presidente Leonel Fernández desista de encabezar desde hoy la distribución de canastas navideñas, en periplo por todo el territorio, para promoción de la reelección.

Tampoco parece posible que el licenciado Danilo Medina y sus seguidores apliquen el sugerido receso navideño, más aún cuando el aspirante a la candidatura del PLD ha proclamado que la competencia interna será dura y difícil.

Por el lado del Partido Revolucionario Dominicano no se augura éxito al pedido del Cardenal, toda vez que el PRD ha fijado su convención para el 7 de enero, lo que indica que habrá proselitismo todos los días, incluida la fecha de guardar.

Aunque con menor intensidad, en el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) también se toca la misma música con sus precandidatos "tirados a la calle del medio" en procura de conseguir la candidatura presidencial.

Tal es la magnitud del carnaval proselitista, que una dependencia del Gobierno anunció que pagará arreglos de pelo a mujeres, sin precisar si incluye "lavado, secado y peinado", así como la provisión de "shampoo y rinse".

El Vaticano ha denunciado una confabulación contra la Navidad en grandes metrópolis sometidas al consumismo y desbordados placeres terrenales. Aquí, es el desenfreno clientelista lo que atenta contra la esencia cristiana de esa efeméride.

Ojalá que la población acoja el pedido de la Iglesia a la moderación durante las fiestas de Nochebuena, Navidad y Año Nuevo y que todos asuman conducta provisoria ante la incertidumbre que plantea el 2007.

El pedido de tregua política ha llegado con retraso, pero duele decir que aunque esos ruegos hubiesen madrugado, tampoco merecerían la atención de un liderazgo político embriagado de desenfreno y ambición desmedida.

No hay dudas de que la población asumirá su propia tregua y el discurso politiquero será en unos días ruido imperceptible, y penosamente la esencia de la Navidad, el regocijo que todo buen cristiano debería expresar por el nacimiento del Niño Jesús, habrá de convertirse en jolgorio pagano.
Editoriaql periódico El Nacional.

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