Calamidad
Un promedio de 30 abortos diarios se registran sumados en los hospitales públicos de maternidad del Distrito Nacional y de Santo Domingo Este, lo que constituye una calamidad sanitaria y social.
Una serie de reportajes del diario Hoy sobre el tema revela que en la maternidad Nuestra Señora de la Altagracia se practican unos seis mil abortos al año y en la de Los Mina, cinco mil, para un total de once mil cirugías de ese tipo.
Más escandaloso todavía es que un porcentaje significativo de esos casos corresponde a adolescentes y muchachas, con edades entre 13 y 19 años, por lo que el secretario de Salud, doctor Bautista Rojas Gómez, ha advertido sobre una epidemia de abortos y embarazos entre menores de edad.
Médicos de hospitales materno infantil de Santiago y otras provincias han alertado sobre los muchos casos de abortos terapéuticos que se practican a niñas y adolescentes en esos centros de salud.
Súmese a esas dramáticas cifras los casos similares que se producen en centros médicos privados y los embarazos no deseados que se abortan en condiciones de alto riesgo para las pacientes.
El elevado número de abortos y embarazos en adolescentes revela un extendido cuadro de disfunción familiar y clara desconexión entre la Familia y la Escuela.
Esa epidemia, como la define el secretario Rojas Gómez, se presenta como espina clavada en la conciencia de una sociedad que no debería permanecer indiferente ante un drama de tal magnitud que drena las bases que sustentan al núcleo familiar.
Los miles de abortos que se registran en sólo dos hospitales y la creciente población de madres prematuras son también indicativos de que se carece de políticas públicas que desalienten el sexo irresponsable.
El patético cuadro se completa con la denuncia no desmentida de que miles de niños, niñas y adolescentes son obligados a prostituirse y de que otros miles son utilizados en labores de uso, consumo y tráfico de drogas.
Gobierno, Escuela y Familia deberían asumir con espíritu de autocrítica el horror de las cifras referidas a embarazos y abortos en adolescentes y asumir el compromiso de afrontar un drama que socava la simiente misma de la sociedad
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