miércoles, 3 de enero de 2007

Año nuevo con los problemas de siempre

Bonao – Si bien es cierto que los dominicanos celebraron la llegada del nuevo año hasta más no poder, no menos cierto es que persisten los viejos problemas, al punto que ya se han registrado apagones hasta de 18 horas seguidas y pacientes que duermen en los pisos de los hospitales públicos.

Si pasáramos balance al país en 2006, nos podemos dar cuenta de que los problemas fundamentales de intensa pobreza, servicios insuficientes de salud y educación, inseguridad de la población, servicio de energía eléctrica excesivamente caro e infrecuente y drogadicción, se transfieren al nuevo año sin cambios positivos perceptibles. Es más, para el 2007 existe una latente preocupación de que los problemas fundamentales pueden empeorarse.

El año abre con una clase media acogotada con nuevas cargas fiscales y constreñimiento en su libertad de movimiento, lo cual limita su accionar, esencia de una sociedad libre y abierta, como la que aspiramos tener.

Por el contrario, quienes se sienten libre de acción son aquellos dedicados al asalto inmisericorde a ciudadanos indefensos y los agentes de la drogadicción en sus diferentes facetas.

El año viejo también nos transfiere un agitado país político donde participan las fuerzas gobernantes, por lo cual las posibilidades de impactar negativamente sobre la economía del país, remotas no pueden ser.

Asimismo, heredamos un ambiente donde la separación de poderes importantes del Estado es prácticamente inexistente, lo cual es una resta material para que el “check and balance” tan necesario en un régimen democrático pueda verificarse, abonando a esto último el grupismo de las fuerzas políticas fuera del poder y su increíble vocación de asilarse en una torre de babel, pues no se entienden.

De que la situación del país no empeore en el 2007 con relación al 2006, dependerá del accionar de las fuerzas políticas gobernantes. Y existen pocas posibilidades de que hayan cambios esenciales en el curso de acción adoptado hasta ahora.

No puede existir avance en un país de intensa pobreza y donde los problemas básicos se transfieren sin resolver de año en año ante la mirada impotente de la población.

Por eso es que la educación es tan importante, ya que abre los ojos a la población para que tome conciencia y que la verdadera democracia se haga realidad, donde pueda exigir y ser oída en la solución de sus problemas.

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