Por Félix Vásquez
Como lobos hambrientos, exdirigentes populares, de Bonao Republica Dominicana, se han dedicado a la caza de prebendas personales, no le ha importado lo que tengan que hacer; sospecho que los verdaderos luchadores disponen en su amplio inventario, de vergüenzas, por aquellos comercializadores de la demandas más sentida de este pueblo.
Orgullosamente muchos de ellos se pasean con los funcionarios, a los que le sirven como fieles sirvientas, lo que no es malo, lo malo es que no digan la verdad y quieran seguir engañando, y no reconozcan que ellos son parte de eso que dicen combatir.
Pueblo, es una palabra que llevan entre sus filosas garras, la que utilizan para esconder sus maniobras retorcidas, pretendiendo seguir aprovechándose de la sangre, el luto, el dolor, los presos y muertos, revestido de un manto de deja ver hasta sus partes más púdicas.
Organizadores de shows, a los que les llaman jornadas de protestas, que poca…, compañeros, los cuales son financiados por sectores del mismo gobierno, dueño de la mayoría de las contratas que otorga el Estado en esta localidad.
Bucaneros del movimiento popular, con habilidad para cambiar de forma y de color, según convenga a sus intereses, que no son los del pueblo, a pesar del esfuerzo que hacen para mezclarlos con aquellas demandas históricas de la olvidada Villa de Las Hortensias.
Osamenta de un muy deteriorado instrumento de reclamos y reivindicaciones sociales, aves de rapiña del presupuesto
Como lobos hambrientos, exdirigentes populares, de Bonao Republica Dominicana, se han dedicado a la caza de prebendas personales, no le ha importado lo que tengan que hacer; sospecho que los verdaderos luchadores disponen en su amplio inventario, de vergüenzas, por aquellos comercializadores de la demandas más sentida de este pueblo.
Orgullosamente muchos de ellos se pasean con los funcionarios, a los que le sirven como fieles sirvientas, lo que no es malo, lo malo es que no digan la verdad y quieran seguir engañando, y no reconozcan que ellos son parte de eso que dicen combatir.
Pueblo, es una palabra que llevan entre sus filosas garras, la que utilizan para esconder sus maniobras retorcidas, pretendiendo seguir aprovechándose de la sangre, el luto, el dolor, los presos y muertos, revestido de un manto de deja ver hasta sus partes más púdicas.
Organizadores de shows, a los que les llaman jornadas de protestas, que poca…, compañeros, los cuales son financiados por sectores del mismo gobierno, dueño de la mayoría de las contratas que otorga el Estado en esta localidad.
Bucaneros del movimiento popular, con habilidad para cambiar de forma y de color, según convenga a sus intereses, que no son los del pueblo, a pesar del esfuerzo que hacen para mezclarlos con aquellas demandas históricas de la olvidada Villa de Las Hortensias.
Osamenta de un muy deteriorado instrumento de reclamos y reivindicaciones sociales, aves de rapiña del presupuesto
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